El peronismo en su historia enfrentó distintas herramientas de dominación colonial, desde fraudes, democracias proscriptivas y dictaduras de todo tipo. Hoy enfrenta una nueva y sofisticada forma de presión imperial como son las democracias coloniales. Una forma de participación idealizada por las plutocracias que dominan el mundo como el mejor sistema político. Sin embargo, lo que ellos ocultan es que ninguno de los países desarrollados como EE. UU. e Inglaterra, por ejemplo, se consolidaron con un sistema como el hoy propuesto para los países subdesarrollados.
Un esquema donde los partidos políticos se presentan ante el electorado desde alternativas sustentadas desde sus distintas ideologías y compiten entre sí para llegar al gobierno, es en realidad una quimera de exportación para garantizar un enfrentamiento inoperante entre las fuerzas políticas que genera una grieta permanente que enfrenta a todos contra todos.
Lo que ocultan las naciones que hoy dominan al mundo es que ellos lograron la armonía social y política en base a procesos de unidad nacional que sintetizaron grandes principios comunes que unieron a todas las fuerzas políticas y que luego fueron compartidos con sus comunidades para lograr un espíritu nacional que sostuviera el proceso. Luego, los partidos políticos debatían sobre la mejor forma de mantener el modelo acordado. No era una disputa destructiva sino un diálogo constructivo.
El acuerdo sobre un objetivo estratégico cómo nación daba un punto de convergencia a todas las fuerzas, transformando la competencia destructiva de un electoralismo extremo, en una diversidad democrática en proceso de consolidación permanente.
Exportar el esquema idealizado de democracia que corresponde a la estabilidad final de su evolución institucional, ocultando el desarrollo completo del proceso, contiene la intencionalidad colonial de lograr una disociación y debilidad política en los países en vías de desarrollo.
Los procesos originales generaron en su marco histórico coyuntural, nuevos conceptos de soberanía popular. El sistema de representación actual corresponde a una realidad de dos siglos atrás donde se produjo el ascenso de las burguesías a la toma de decisiones políticas desplazando a las cortes de las monarquías absolutas. Hoy con un ciudadano con extraordinarias potencias culturales producto de la revolución tecnológica que vivimos, se debe construir un nuevo concepto de soberanía popular que incluya a todo el pueblo a la toma de decisiones abriendo la puerta a las modernas democracias autodeterminantes.
El Modelo Argentino de Juan Perón es una propuesta para construir esa nueva democracia popular, promoviendo un acuerdo fundacional entre todas las fuerzas políticas y sociales del país, sintetizando también los principios comunes que lo inspiran para poder ser compartido con el pueblo y lograr el desarrollo de un nuevo espíritu nacional que sostenga las nuevas formas de participación ciudadana.
Sólo con una moderna democracia social se puede lograr la recomposición de la confianza y el poder político que puede cimentar un desarrollo que saque a la argentina de su situación colonial.
Las fuerzas de la oligarquía aliadas con el imperialismo financiero que busca sojuzgarnos impulsarán la formalidad de las democracias coloniales acentuando el enfrentamiento electoral y cristalizando todo tipo de acuerdo nacional para mantener la desunión entre los argentinos. Quieren impedir el desarrollo de una cultura social que logre la maduración colectiva con el aumento solidario de la comunidad cómo única garantía de sostén. Esto permite un grado de infantilización ciudadana que es víctima de una manipulación informativa de los medios de comunicación masiva, que aliada al control de estructuras como la justicia promueven sofisticadas herramientas de control de la subjetividad comunitaria.
La recomposición del movimiento nacional se logrará impulsando la construcción de una nueva democracia uniendo a todos los que quieren una argentina justa, libre y soberana. Para ello se debe visibilizar esta nueva forma de dominación que son las democracias coloniales marcando las diferencias con una nueva democracia popular sostenida por la organización de la creatividad comunitaria.
Nuestra convocatoria no es la de organizarnos para lograr el voto ciudadano y ser gobierno en una democracia fosilizada, sino movilizar el compromiso de todos aquellos que quieran construir una nueva que nos libere del sojuzgamiento colonial.