Los cuatro 17 de octubre
En la película La revolución justicialista Juan Perón explicaba que el peronismo era un movimiento político que no se había construído desde el llano como normalmente sucede con los procesos revolucionarios, sino desde el gobierno, circunstancia excepcional que le confería características especiales.
Un proceso revolucionario normalmente debe conformar una especie de vanguardia esclarecida, es decir un grupo de dirigentes que junto al líder conforma una especie de Estado Mayor comprometido con los objetivos estratégicos de la revolución, para desde ahí comenzar su prédica hasta lograr una preparación humana multitudinaria y lograr el poder político necesario para el acceso al poder.
En el caso de Perón, la revolución militar desarrollada a partir de junio de 1943, le permitió entrar en contacto con los trabajadores argentinos aprovechando las estructuras de la Secretaría de Trabajo y Previsión multiplicadas por todo el país.
Sus ideas proclamadas a través de la radio le brindaron la posibilidad de llegar a miles de trabajadores argentinos, obviando una estructura de cuadros que compartiera con el líder sus objetivos estratégicos.
Los trabajadores argentinos fueron convocados por el joven Coronel a ser los protagonistas de la construcción de una nueva democracia que los tuviera como protagonistas fundamentales, para lo cual les pedía su movilización creciente como forma de expresar sus convicciones y esperanzas. Esta preparación humana es la que va a generar el primer 17 de octubre rescatando a su líder preso por la acción de sus enemigos y las dudas de sus propios dirigentes.
Es que la falta de una dirigencia articulada con el pensamiento estratégico del líder era lábil ante los giros que a veces la coyuntura política exigía. Perón tendría dirigencias que se unirían a su gesta por causas coyunturales cómo por ejemplo los socialistas que lo siguieron por sus conquistas sociales o los nacionalistas por su enfrentamiento con los intereses británicos.
En el caso del 17 de octubre de 1945 lo que desencadenó la crisis era la incomprensión respecto de la necesidad de presentarse a elecciones para reforzar un poder político que permitiera el desarrollo de las transformaciones profundas que su nueva democracia popular exigía. Ante el embate de los enemigos de Perón, sus militares amigos dudaron, ya que ante su falta de comprensión sobre las nuevas formas participativas ciudadanas que Perón quería poner en marcha, no podían entender para que arriesgar el proceso revolucionario que se encontraba en el poder, a una elección que podrían perder. Esa actitud dubitativa finalmente condujo a que el joven coronel terminara preso por la marina: su peor enemigo.
Luego le tocaría el turno a los dirigentes gremiales que superados por los hechos, convocarían a un paro para el 18 de octubre, por razones gremiales y sin nombrar a Perón. Afortunadamente su “vanguardia descamisada” -como la llamaría Evita- se pondría en marcha y daría comienzo a un proceso de liberación anticolonialista inédito y aún inconcluso.
Sin embargo no sería ése el único momento de la historia del peronismo donde el líder debería convocar a su vanguardia descamisada. Apeló a ella varias veces para resolver las crisis recurrentes que provocarían los embates de sus enemigos y la incomprensión de su propia dirigencia que pondrían en peligro el desarrollo de la gesta revolucionaria.
1.
17 de octubre de 1945
El subsuelo de la patria
Significó el nacimiento del Movimiento Nacional como fuerza popular independiente. Fue el único sin la conducción del líder. Fue motorizado por la conciencia social de los trabajadores argentinos que se convertirían en el basamento de su poder real hasta su muerte.
2.
22 de agosto de 1951
El Cabildo Abierto del Justicialismo
También llamado como el Renunciamiento de Eva Perón, sería un segundo 17 de octubre donde los líderes corregirían desviaciones internas y generarían un acrecentamiento del poder político de la revolución ante situaciones coyunturales difíciles.
3.
17 de noviembre de 1972
El día de la militancia
Luego de 17 años de resistencia Perón necesitaría de una nueva eclosión popular para cerrar la maniobra contra la dictadura lanussista, que ante su regreso intentaría cercarlo políticamente y algunas facciones directamente asesinarlo. Convocaría nuevamente para ello a su pueblo que sumaba en esos años en forma multitudinaria y por primera vez a jóvenes de clase media.
4.
12 de junio de 1974
“Llevo en mis oídos la más maravillosa música”
La ausencia de una clase dirigente que comprendiera el sentido estratégico del pensamiento de Perón provocaría al final de sus días el último 17 de octubre. Nuevamente la fuerza militante convocada a la histórica Plaza de Mayo le permitiría al anciano líder enfrentar las desaveniencias internas desatadas por la “fiebre sucesoria” y despidiéndose de sus descamisados afirmaría que “su único heredero” sería el pueblo argentino.